Una de las estrategias más efectivas para modificar comportamientos negativos, es el REFUERZO de las conductas contrarias y positivas a aquella que queremos evitar. Los refuerzos son las consecuencias que siguen a una conducta y que hacen que se repita.
¿Qué tipos hay?
Materiales (cromos, chuches, ...), de actividad (ir al parque, jugar a las cartas, ...), sociales (ir a jugar con el vecino, que venga un amigo a dormir a casa), afectivos (un guiño, un beso, ...), verbales ("Qué bien has puesto la mesa", "Qué buena letra estás haciendo, te estás esforzando mucho", ...). Sin duda, los materiales son los últimos que se deberían elegir.
¿Cómo deben ser?
Sencillos, fáciles de aplicar y de interés para el niño.
¿Cómo emplearlos?
1º Elegimos la conducta que vamos a reforzar.
2º Elegimos qué refuerzo vamos a utilizar.
3º Reforzamos por lo que se hace, no por lo que se es.
4º Reforzamos conductas o intentos, no intenciones ni promesas.
5º Reforzamos inmediatamente después de la conducta o durante la misma.
6º Al principio, reforzamos cada vez que aparezca la conducta. Cuando la conducta vaya estando adquirida y no suponga un esfuerzo, el refuerzo aparecerá sólo de vez en cuando.
7º Si la conducta es compleja, la dividimos en pasos más sencillos y reforzamos cada uno de ellos.
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