El consumo de aceite de pescado durante el embarazo podría ayudar a evitar algunas complicaciones serias.
Investigadores de la Universidad de Western Australia (UWA) determinaron que el consumo de aceite de pescado durante el embarazo podría ayudar a reducir la probabilidad de algunas complicaciones serias, como la diabetes gestacional, la preclamsia y los abortos naturales. Además, sostienen que podría ser beneficioso para el desarrollo fetal.
Los científicos experimentaron con ratas preñadas, a las que suministraron dietas enriquecidas con aceite de pescado y analizaron luego los efectos de esta alimentación sobre la placenta y el feto. Estos experimentos los condujeron a confirmar un impacto positivo en estos animales.
El equipo observó que en las ratas preñadas que habían ingerido suplementos de aceite de pescado la placenta presentaba niveles más altos de resolvina, un lípido que se forma a partir de ácidos grasos omega-3 y que tiene propiedades antiinflamatorias.
Científicos de tres escuelas diferentes en UWA -Fisiología, Anatomía y Biología Humana; Medicina y Farmacología; y la Salud de las Mujeres y los Bebés- se unieron para realizar esta investigación. Los resultados serán publicados en la edición de agosto del Journal of Lipid Research.
"Estos hallazgos ayudan de manera significativa a nuestra comprensión de cómo la ingesta de aceite de pescado puede ser beneficiosa durante el embarazo", dijo la investigadora Megan Jones.
En su opinión, no hay duda de que el aceite de pescado favorece el desarrollo del cerebro del feto, pero esta nueva investigación arroja algo de luz sobre los beneficios adicionales que tiene para la función de la placenta, donde limita la inflamación.
La inflamación de la placenta puede ocurrir a causa de varios trastornos del embarazo, como pre eclampsia, la diabetes gestacional y los abortos naturales. "Los índices de inflamación placentaria son muy altos en los trastornos relacionados con el embarazo", observó Jones.
"Muchas personas habrán escuchado que el aceite de pescado es bueno, pero no entendemos del todo los mecanismos -continuó-. Los ácidos grasos omega-3 de aceite de pescado son conocidos por reducir la inflamación y sólo recientemente se ha descubierto que logran esto al convertirse en resolvinas que reducen la inflamación después de producida."
"Nuestra investigación es emocionante porque sugiere que la placenta puede convertir el aceite de pescado en resolvinas, lo que impediría la inflamación placentaria", afirmó Jones.
Ahora será necesario realizar pruebas similares con humanos, a fin de corroborar los resultados y profundizar el estudio de los efectos posibles.
El aceite de pescado se encuentra en alimentos como las nueces, los vegetales de hoja verde y los pescados de carne oscura y grasosos como la caballa, el atún y el salmón. Además, se lo suele consumir a través de suplementos.
Por Gabriela Raffaele
FIS
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