miércoles, 10 de julio de 2013

El uso elevado de insecticidas, un riesgo para los bebés

Un estudio de investigadores valencianos alerta de la incidencia en el desarrollo cognitivo en los primeros años.

La utilización elevada de insecticidas puede representar un riesgo para el desarrollo cognitivo de los bebés, según un estudio de la Universitat de València, el Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Generalitat y el Consorcio de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología.
  El estudio, que ha sido publicado en la revista "Science of the Total Environment", cuantifica la utilización de estos químicos durante el embarazo y los primeros años de vida de los bebés, así como los factores que se asocian con la exposición a estos compuestos, informa la Universitat de València en un comunicado.
  Los investigadores realizaron un seguimiento a 2.500 mujeres -involucradas en el proyecto Infancia y Medio Ambiente (INMA)- de cuatro autonomías (Comunitat Valenciana, Asturias, Euskadi y Cataluña) entre los años 2003 y 2008.
Los resultados muestran que el 54 por ciento de las madres usaba insecticidas dentro de casa, y que un 20 % dejaban de utilizarlos en la época posnatal.
El estudio concluye asimismo que más de la mitad de las mujeres emplearon insecticidas en el interior de sus casas durante la gestación.
El método de aplicación más seleccionado fue el dispositivo eléctrico en la habitación, seguido del espray en la casa, mientras que el 15 % de las mujeres optó por una combinación de dos o más sistemas.
Según el profesor de la Universitat de València y coordinador del proyecto INMA en Valencia, Ferran Ballester, estos resultados describen "un uso elevado de estos compuestos, los cuales podrían representar un riesgo para el desarrollo cognitivo de los bebés".
Por su parte, la investigadora Sabrina Llop, del Centro Superior de Investigación en Salud Pública y del Consorcio de investigación de Epidemiología, afirma que este trabajo también "aporta información útil para el desarrollo de medidas preventivas, especialmente en etapas vulnerables de la vida".
La investigación revela asimismo que la utilización de insecticida se encuentra muy relacionada con el hecho de vivir en una casa con jardín y también con el nivel educativo de las familias.
Así, "las mujeres con menos estudios realizados usan más frecuentemente los insecticidas", asegura Llop, quien agrega que durante el primer año de vida de los niños el uso de insecticida es un poco menor.
Esta investigación sobre exposición a insecticidas, que se ocupa de mujeres embarazadas y los primeros años de vida de los niños, períodos de mayor vulnerabilidad a las exposiciones ambientales de productos químicos, es uno de los pocos estudios sobre la temática en el ámbito europeo, según la Universitat de València.
El proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente) se constituyó en 2003 con financiación del Instituto de Salud Carlos III con el objetivo de estudiar los efectos del medio ambiente y la dieta en el desarrollo fetal e infantil en diversas zonas geográficas en España.
INMA comenzó con el seguimiento de aproximadamente 4.000 mujeres embarazadas y sus hijos, desde el inicio del embarazo, en Valencia, Sabadell, Asturias, País Vasco, Ribera del Ebro, Menorca y Granada.
El proyecto tiene como objetivos describir las exposiciones prenatales y posnatales a los contaminantes ambientales más comunes por aire, agua y alimentación, así como los patrones alimentarios y la ingesta individual de nutrientes durante la gestación y primera infancia.

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