domingo, 7 de julio de 2013

Bebés con barrigas gorditas

Cuando miras a tu bebe desnudo a veces piensas: "Anda, que barrigita más hinchada, le pasará algo?" Normalmente hasta los 18 meses, e incluso algo más tarde, la inmensa mayoría de los bebés tienen un aspecto físico muy desproporcionado. Su cabeza es enorme y sus brazos cortos en comparación con el resto de su cuerpo, parece que les falta cuello, tienen las piernas cortas y semiencogidas y un vientre prominente, muy abultado.
Pero una vez que adquieren seguridad al andar y correr, como hacen más ejercicio y llevan una vida más activa, empiezan a crecer a lo alto más que a lo ancho y pronto ofrecen una imagen bastante más estilizada y armónica.
Por supuesto, la constitución física de vuestro pequeño va a depender mucho de la que tengáis su padre y tú, porque la herencia genética juega un papel determinante en este aspecto, pero es seguro que en cuanto pase de la vida en horizontal a la vida en vertical, dejará de tener tanta tripa.
NO ES POR DESNUTRICIÓN
Como ves, el abdomen redondito de tu pequeño no debe inquietarte.
Si está alto de peso, de momento no tienes que hacer nada (la obesidad es una enfermedad, pero la gordura no): los bebés necesitan acumular reservas para poder afrontar el mayor desgaste calórico, una vez que se sueltan a andar. De hecho, salvo casos extremos de obesidad, los pediatras no ponen a régimen a los bebés, porque en cuanto empiezan a echar carreras pierden la grasa de una manera natural, sin necesidad de hacer dieta.
Si tu hijo es delgadito, no pienses que su abultado vientre denota que está mal nutrido, porque es una idea totalmente descabellada. La barrigota es una característica inherente a los niños de tan corta edad, que no tiene nada que ver con la falta de nutrientes, sino que se explica por otros motivos.
Los bebés tienen mofletes, dedos regordetes y formas redonditas y “achuchables”, incluso aunque estén delgados. Esto se debe a que cuentan con una capa de grasa, denominada “grasa parda”, que favorece la producción de energía y les ayuda a mantener el cuerpo caliente. Este manto adiposo deja de resultarles útil cuando empiezan a moverse más, ya que entonces el ejercicio les ayuda a mantener estable su temperatura corporal. Por ello, una vez que aprenden a andar y a correr, los pequeños enseguida se vuelven más delgados y esbeltos.
LE FALTA MUSCULATURA
Otro aspecto a considerar es que el vientre de los bebés, siendo mucho más reducido que el de los adultos, alberga el mismo número de órganos: el estómago, el bazo, el páncreas, los riñones, la vejiga, el intestino grueso... Por cierto, ¿sabías que su intestino delgado es seis veces mayor que su altura?
También hay que tener en cuenta que los niños que todavía no andan, aún no han podido desarrollar ni fortalecer los músculos abdominales, que son los que mantienen la tripa en su sitio.
Por todas estas razones, la tripa abultada de tu bebé no debe ser un motivo de inquietud para ti. Sólo deberás consultar al pediatra por este motivo si su hinchazón de vientre es repentina o sospechas que puede deberse a otras causas, diferentes a las mencionadas.
Crecer Feliz.

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