sábado, 29 de junio de 2013

Ejercicios con el cojín.

¡Buenos días!

Hoy voy a hablaros de la importancia del movimiento en el desarrollo de nuestros hijos/alumnos. Moverse es esencial para vivir. Los movimientos corporales posibilitan al niño relacionarse con su entorno y a la vez desarrollar su cuerpo, su mente y su espíritu.


Durante los dos primeros años el niño “piensa haciendo” esto quiere decir que el bebé se guiará de acciones para obtener resultados de la misma, es decir, cada vez que un bebé balancea sus bracitos, patea o voltea su cabeza, está descubriendo cómo funcionan las distintas partes de su cuerpo, individualmente y en conjunto.


La actividad física estimula la conexión entre la mente y el cuerpo. Los niños aumentan su capacidad de resolver problemas al intentar realizar diversos actos como, treparse, ponerse debajo o pasar a través de algún objeto. Además de que les proporciona autonomía y por lo tanto seguridad y autoestima.

El movimiento también es esencial para ayudar al niño a poner sus ideas en acción y así lograr un objetivo, por ejemplo, un bebé de ocho meses quiere su biberón, para poder alcanzarlo tiene que forman un plan para posteriormente llevarlo a cabo, un posible plan se basa en gatear hasta el lugar en donde se encuentra su mamá posteriormente la jala del pantalón, consigue llamar su atención y en ese momento mira hacia arriba, lugar donde está el biberón, y empieza a lloriquear, acto seguido su mamá lo carga y le da el biberón. Esto es un breve ejemplo de los movimientos que adquiere el bebe para poder comunicarse y lograr objetivos primarios, como la alimentación. 

Al usar sus cuerpos para descubrir su mundo, los niños pequeños adquieren conocimientos, fuerzas y habilidades. Con la práctica, los niños adquieren cada vez más control sobre sus acciones. 

Hoy os propongo unos ejercicios que fomentan el movimiento y  la adquisición del esquema corporal. A continuación les voy a explicar los ejercicios con el cojincillo:

CON EL COJINCILLO
  • Objetivo:
Este objeto personalizado hará evolucionar un gran número de situaciones, adaptables a cualquier edad, individualmente, por parejas o en grupo.
  • Material:
Confeccionar con el niño un cojincillo (de unos 15 cm de lado) que se rellenará con legumbres (por ejemplo lentejas), ni demasiado lleno ni demasiado pesado, de modo que sea fácilmente manipulable.
  • Desarrollo:
  1. Dejar actuar al niño solo, que desarrolle su creatividad y juegue libremente. Seguramente lo utilizará como pelota, como almohada, como bandeja...
  2. Cuando el niño empiece a desplazarse con el cojín, intervenir con una consigna (condición) precisa: Como por ejemplo: "Ahora solo cogemos el cojín con una mano, ahora con la otra, ahora con el pie, ahora con la cabeza"...
  3. Precisar el esquema corporal pidiéndole que coloque el cojín en distintas partes del cuerpo inmóvil, de pie, echado... "El cojín se paseo por tu hombro, ahora recorre tu brazo..( No especificar derecho o izquierdo antes de los cinco años aproximadamente, ya que hasta los cinco años no empiezan ha adquirir el sentido de derecha o izquierda).
  4. El ejercicio puede realizarse entre dos. Por ejemplo podemos jugar a médicos con el cojín. Uno de vosotros está echado y el otro escucha los latidos del corazón con la mano y luego con el cojín.                                                                                                                          
  5. Prolongaciones: Ejercicios de lateralización en forma de juegos: que los niños imiten los desplazamientos del cojín que nosotros hacemos. Por ejemplo nos sentamos en el suelo y le proponemos por medio de consignas orales. Aquí os dejo un ejemplo: "El mago hará desaparecer el cojín detrás de su espalda. Vuelve a estar delante, pasa por encima de la cabeza, entre las piernas (flexionadas)... En cada ocasión el cojín cambia de mano". Tras cuatro o cinco cambios más o menos rápidos, le preguntas: "¿Y ahora en qué mano está?
  6. Advertencia. Localizar el lado izquierdo y el lado derecho a partir de la  escucha de los latidos del corazón (nunca a partir de la mano que escribe o de la puerta o la ventana, que no son puntos de referencia fijos integrados en el esquema corporal, y solo les servirá para hacerles un lío.)

¡Espero que os haya gustado!
Laura Pons.

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